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Educación del Siglo XXI

Tod@s en algún momento u otro recibimos algún tipo de educación. Posiblemente hayas pasado por la educación preescolar, primaria y secundaria. Quizá incluso terciaria o universitaria. Tal vez ninguna o quizá no algunas de las que mencioné como “posibles”. Mientras puedas leer esto, a mi me basta. Con eso dicho, el motivo de este blog es el de cuestionar “¿Qué es la educación?”. Según la Real Academia Española, la educación es la introducción por medio de la acción docente o la acción y efecto de educar. Y para completar la definición, “educar” es desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales. Ahora bien, esto me hace pensar en preguntas como: “¿Es esto aquello que debemos aprender?” ,”¿Como podemos determinar cuales son los valores morales adecuados para adoptar?” o”¿Cuales son las facultades intelectuales optimas para aprender en nuestros primeros años de vida?”. Por supuesto que las respuestas a estas preguntas pueden variar según quién las lea, pero con el fin de incitar una reflexión al respecto, me gustaría compartirte mi visión ¿Aceptás leerla? Claramente si seguís leyendo estás aceptando de alguna u otra manera. Y con el fin de expresar mi visión, utilizo esa pregunta la cual expresa de manera práctica aquello que considero esencial para la pedagogía y, por lo tanto, para la educación. Y eso es la “atención“. “¿Qué tiene que ver la atención con aceptar leer algo o con la educación?” puede que te preguntes. Me inclino a decir que tiene TODO que ver y que incluso, son las bases de la pedagogía. Principalmente, para poder entender los conceptos que voy a desarrollar debes prestar cierto grado de atención. Y para poder incorporarlos, debes aceptarlos a cierta medida. Por eso es que te pregunté si estabas dispuest@ a leer mi visión. Para que no te sientas obligad@ a leerlas. Por lo tanto, si tengo tu atención y tu disposición a entenderme, es más probable que entiendas mi visión ¿No te parece? Me parece importante aclarar que no pido que aceptes ciegamente lo que estoy desarrollando. Al contrario, me gustaría que te lo cuestiones. Pero al invitarte a leerme, en vez de imponerme, te doy la chance de elegir. Lo cual siempre pudiste hacer y no es algo que yo pueda permitir, pero si vas a interactuar con mis ideas me parece crucial que sepas cuál es mi intención. Esto me lleva nuevamente a las bases de la pedagogía y para entender lo que digo vamos a hacer un pequeño ejercicio de imaginación. Contexto: Imaginate que estás en una reunión con tus amig@s y se arma un debate. Tod@s están escuchando como se desarrolla el mismo y eso hace que cada argumento pese mas. Si alguien dice algo errado va a quedar expuesto en frente a tod@s. Vos expusiste tu argumento y dos de tus amig@s, “T” y “L“, están en desacuerdo con lo que decís, pero hay una diferencia: “T” trata de convencerte. Expone sus argumentos de manera agresiva, denotando que siente que tiene razón y vos no. “L” desarrolla en detalle los argumentos de su pensamiento e incluso busca entender los orígenes del tuyo. Pregunta: ¿A quién le prestarías más atención? ¿A “T” o a “L“? Me inclino a decir que le prestarías más atención a “L“. Porque, como dije, “T” busca convencerte y nadie quiere ser vencido. En cambio, “L” toma un acercamiento más fructífero para el desarrollo del debate. Debo aclarar que veo los debates como oportunidades para compartir y construir ideas. Pero puede que algunas personas lo tomen como una oportunidad para medirse intelectualmente con los demás. Lo cuál puedo entender, pero simplemente no lo comparto. Dado que, como mencioné anteriormente, no creo que sea fructífero para el desarrollo de nuevas ideas. Sin embargo, puedo entender si elegirías prestar más atención a “T“, ya que puede que respetes más a las personas que están más determinadas y no tanto a las que buscan mediar. Con todo esto dicho, podrás ver como las personas tenemos cierto grado de preferencia a la hora de absorber información. Por lo tanto, aquella perspectiva que vayas a adoptar, integrar o aprender en el ejemplo, va a estar determinada por ella y, a su vez, determina donde está puesta tu atención. Y con esto dicho podemos corroborar la importancia de la atención a la hora de aprender o incorporar nuevos conocimientos. Recapitulemos un poco. Si nuestra atención es la base del aprendizaje, y la misma depende de nuestras preferencias, eso quiere decir que en base a nuestras preferencias vamos a aprender. Esto explicaría porqué much@s niñ@s no pueden prestar atención en las clases y porqué las personas eligen carreras diferentes. Todo depende de sus preferencias. Pero, en esta época donde la información abunda, puede ser difícil encontrar las nuestras. A diferencia de hace unos 50 años, cuando las opciones eran reducidas. Y mientras más atrás vayamos en el tiempo, más reducidas eran. En los orígenes de nuestra especie eramos cazadores o cadáveres. Por lo tanto, al haber menos opciones era más sencillo elegir. Y para ejemplificar sobre este fenómeno te pregunto ¿No te resulta abrumadora la cantidad de información que manejamos hoy en día? Desde plataformas hiper-dinámicas como Tik Tok e instagram hasta las innumerables páginas de Internet que afirman tener información “verídica”, hoy en día las opciones para buscar información, trabajos, pareja y otras incontables cosas son excesivas. En esta vorágine de estímulos, es lógico que te pierdas en ella. Y por lo tanto, es lógico que no puedas decidirte entre las infinitas opciones que ofrece la época moderna o que, por lo menos, te sientas moderadamente sobre-estimulado por ellas. Básicamente esto reduce tu capacidad de concentrar tu atención. Esto es muy sencillo de probar, ya que podemos ubicarnos en una sala llena de gente, música y olor a alcohol mientras intentamos estudiar los principios de la termodinámica. No va a ser lo mismo si estudiamos lo mismo en un lúgar con pocos estímulos ¿No crees? Y si estamos constantemente estimulados por cientos y cientos de vídeos, publicaciones,

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Sesgos cognitivos y un ajuste de empatía

¿Alguna vez te pasó de conocer a alguien por primera vez y ya tener una “mala vibra” de esa persona? Si te sucedió, probablemente tu visión sobre esa persona no haya cambiado. Y si no te sucedió, seguramente con alguna otra cosa hayas hecho un sesgo cognitivo. Según la página “Avances psicológicos”, los sesgos cognitivos son predisposiciones psicológicas a llegar a un determinado tipo de conclusiones de manera automática. En palabras más simples, es cuando llegas a una conclusión con una parte de la información, en vez de indagar más acerca de ello. Y si te lo pones a pensar, tod@s hacemos eso e incluso la ciencia ha buscado entender fenómenos que después, conociendo más al respecto, nos dimos cuenta que el primer “descubrimiento” era errado. Por lo tanto, siempre podemos conocer más de aquello que suponemos saber todo. “Solo sé que no sé nada” – Socrates Ahora bien, si vemos el título del blog, podrás preguntarte ¿Qué tiene que ver esto con un “ajuste de empatía“? Para poder responder esa pregunta, tenemos que revisar la función de la empatía como tal. Para no irnos a demasiados tecnicismos, digamos que la empatía es la capacidad de sentir las emociones ajenas. Esto es lógico, ya que las emociones son un conjunto de liberaciones hormonales en respuesta a un conjunto de estímulos. Y como todos compartimos las mismas hormonas, podríamos validar mi primera afirmación. Si bien compartimos hormonas, no siempre son liberadas ante los mismos estímulos. En otras palabras, tod@s sentimos miedo, alegría, enojo, tristeza y los demás cócteles hormonales, en diferentes momentos y circunstancias. Y con el fin de comprobar esta afirmación, vamos a hacer un experimento. Experimento: Para este experimento voy a necesitar de tu imaginación. Por lo tanto, la efectividad del experimento va a depender de tu capacidad para imaginarte la próxima situación ¿Estás list@? Si seguís acá asumo que lo estás, asique comencemos. Imagínate que una persona como yo (1,74m, 70kg y mi foto está en la parte de arriba del blog 😂) se te acerca por la calle vestido de traje, y acompañado de 3 tipos mucho más altos (1,80/1.90m) también vestidos de traje. Está persona se para en frente tuyo, sonríe y te dice “je vais te tuer” (fonéticamente: “Ye ve te tui”). Ahora… ¿Que sentirías en ese escenario? Tomate un rato para internalizarlo. No hay apuro. ¿List@? ¡Genial! Si sabes francés, probablemente entiendas que estás en peligro. Porque “je vais te tuer” es “te voy a matar” en español. Pero si no sabías francés probablemente sientas algo de confusión, quizá hayas sonreído si te contagié la sonrisa de mi foto o andá a saber que sentiste. No es importante saber como reaccionaste, mientras sepas que tu reacción dependió de como estaba configurada tu mente y que las posibles reacciones humanas son infinitas. Podrías saber francés, pero pudiste suponer que te lo decía en chiste. Podrías no saber francés, pero podes reconocer que ante un posible conflicto físico, estabas en una gran desventaja numérica y, por lo tanto, te pusiste en guardia. Y así podríamos seguir por horas. Lo que rescatamos de este experimento es que tus emociones o la liberación de tu coctel hormonal depende de cómo estés configurado o de la información que hayas almacenado en tu vida. Porque cuando aprendes francés no es que te crece una parte nueva del cerebro, sino que tú reacción a los sonidos y letras utilizadas en esa lengua cambia. Básicamente pasas a asociar un conjunto de sonidos e imágenes (letras) con diferentes conceptos. Esto nos muestra que el uso del lenguaje es un gran hallazgo del espécimen humano, ya que logramos crear una serie de patrones sonoros y visuales para representar fenómenos naturales, comunicarnos y desarrollar diferentes disciplinas. Pero tampoco quiero extenderme tanto en el desarrollo de nuestra especie, solo me parecía interesante mencionarlo. Lo importante acá es el resultado de nuestro experimento, con el cual podemos concluir que: “La liberación hormonal como reacción ante una situación o circunstancia, depende de la interpretación de la misma.” Con esto dicho, podemos entender que aquello que sintamos acerca de una persona, puede ser condicionado por nuestra experiencia previa con personas “similares”, por como estamos estimulad@s en el momento o, básicamente, por como está configurado nuestro cerebro en el momento de concluir que “nos cae mal”. A esto me refiero con un “ajuste de empatía“. Porqué como elegimos interpretar a las personas afecta nuestro vínculo con ellas. Y es un sesgo cognitivo no indagar más allá de lo que percibimos en primera instancia. Por algo hay personas que se dedican a entender las diferentes personalidades, reacciones e interacciones de las personas. Las personas que estudian psicología buscan entender los procesos subyacentes de aquello que podemos ver en la superficie. Y déjame decirte, como persona que estudió psicología la mayor parte de su vida, que todas las personas se comportan de cierta manera por lo que aprendieron a lo largo de su vida. Nadie nace siendo una persona agresiva, pasiva, pasiva-agresiva, manipuladora, violenta o lo que sea. Tod@s tenemos la capacidad de ser todo lo que existe, ya que tod@s compartimos el mismo hardware, lo único que cambia es el software o, en otras palabras, como estamos configurados. Ahora bien… Me gustaría aclarar que con esto no busco justificar los comportamientos “tóxicos”, solo que no busco ignorar la realidad detrás de ellos. Si vos elegís enojarte, frustrarte o lo que sea… eso es tu problema. Para poder avanzar como especie, considero crucial que comprendamos la causa y el efecto de todo tipo de fenómenos. En este caso, el desarrollo de las tendencias del comportamiento. Y entender más en detalle como se generan estas tendencias, nos ayuda a ser más empáticos con las personas. En otras palabras nos ayuda a ser más compasivos. La compasión es un sentimiento emocional que nos hace sentir empatía y comprensión por el sufrimiento de otras personas. Y, al igual que todas las emociones y sentimientos, es parte de la experiencia humana. Si buscas ser una

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La ciencia detrás del “¿por qué no?”

Cuando hablamos de ciencia ¿Qué se te viene a la cabeza? ¿Tubos de ensayo?¿Maquinas? ¿Números? ¿Gráficos? Puede que esas y muchas otras cosas más, pero con el fin de definirla con mayor precisión, consultemos con la RAE (Real Academia Española), preguntemosle a ChatGPT y usemos ambas definiciones para entender la “ciencia” detrás del “¿por qué no?“ (Por sí no sabías, ChatGPT es una pagina con la cual podes chatear con un asistente virtual que funciona con inteligencia artificial. Te dejo el link al final del blog.) RAE: Ciencia. Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente. ChatGPT: La palabra “ciencia” proviene del latín “scientia”, que significa “conocimiento“. La palabra “scientia” se utilizó en el siglo XIV para describir un cuerpo de conocimiento sistemático y organizado, y para el siglo XVII, la palabra “ciencia” había adquirido su significado moderno en inglés, refiriéndose a una empresa sistemática que construye y organiza el conocimiento en forma de explicaciones y predicciones comprobables sobre el mundo natural. Considero que todo lo que respecte a conocimiento científicos no debe ser tomado a la ligera. Por lo tanto, busquemos sistematizar el conocimiento de estas definiciones para poder entender a que me refiero cuando digo que hay una cualidad científica en la pregunta “¿Por qué no?” Y para ello debemos definir un aspecto clave del método científico, la “hipótesis“. Así que le volvemos a consultar a la RAE y a preguntarle a nuestr@ amig@ ChatGPT RAE: Una hipótesis es aquella que se establece provisionalmente como base de una investigación que puede confirmar o negar la validez de aquella. ChatGPT: Una hipótesis es una explicación propuesta para un fenómeno o conjunto de observaciones. En la investigación científica, una hipótesis se utiliza como punto de partida para una investigación y pruebas adicionales. En otras palabras, la hipótesis es la pregunta. “¿Es esto así?” para luego realizar las pruebas que corroboren si efectivamente es así o no. Es la “base de una investigación“ o “el punto de partida“, ya que establece los parámetros de las pruebas que van a realizarse para responder la pregunta. Ejemplo: Hipótesis: Si el agua está expuesta a 100°C grados de temperatura, se convierte en vapor. Se realizan pruebas y si esto se cumple en todos los casos, sería una ley. Y si se cumple en la mayoría, sería una teoría y habría que ver que otras variables hay que tener en cuenta para poder convertir esa hipótesis en ley. En otras palabras, se forman estas teorías o leyes para sistematizar la construcción del conocimiento y así poder realizar predicciones comprobables, como dicen las definiciones de ciencia que consultamos al principio del blog. Y es en base a esas predicciones que se pueden entender fenómenos naturales para luego trabajar sobre ellos. La medicina es un gran ejemplo, ya que permite usar esas predicciones comprobables para poder tratar las enfermedades que invaden el cuerpo humano. Ahora que pudimos abordar específicamente de que trata la ciencia y la importancia de la elaboración y confirmación de las hipótesis, volvamos a entender cual es la cualidad científica detrás del “¿Por qué no?”. Y esto es un tanto sencillo, porque mientras no se pueda responder esta pregunta, la validez de la afirmación se mantiene. En otras palabras, toda afirmación es correcta hasta que se demuestre lo contrario. Tal y como en un juicio, uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario, porque tanto en el derecho, como en cualquier disciplina, se requieren de argumentos comprobables para establecer si algo es cierto o no. Con esto dicho, es lógico pensar que estos estándares se trasladen a todo lo que vivimos. Todo puede ser “comprobable” solo hace falta un acercamiento especifico. Y lo “mágico” de esto, es que cada disciplina requiere de diferentes herramientas y enfoques para poder conocer más al respecto. Pero, notar un criterio básico que trascienda todas las disciplinas nos ayuda a entender que todas se relacionan con algo, y eso es nada mas ni nada menos que la comprensión humana. Toda manera de comprender lo que sea fue creado por un humano, y como tal tiene un margen de error. Es por ello que la ciencia es un método para acercarse a la verdad, pero de ella depende del acercamiento del o la científic@. Es quién realiza la hipótesis, quién encuentra las variables y las comprueba, quién define si algo es cierto o no. Como también está en otras personas validarla como cierta o falsa. En este caso, siguiendo el método científico. Esto nos muestra porqué ha habido teorías que han sido refutadas con el tiempo. Porque alguien más encontró algo que contradice esa afirmación. Básicamente, respondió el “¿Por que no?” de una hipótesis. Es por ello que esta pregunta tiene una cualidad científica. Porqué sirve de herramienta para desafiar la validez de las afirmaciones de todo tipo. Puede que te resulte algo “simplista” que los descubrimientos científicos puedan ser anulados por una simple pregunta. Si es así, hay algo que me gustaría contarte. Es cierto que muchas disciplinas requieran de un alto nivel de investigación para comprobar las hipótesis que plantean, pero esto no las hace infalibles. La ciencia es una herramienta creada por humanos para comprender el mundo a nuestro alrededor, y por lo tanto, tod@s podemos usarla. Es por ello que te invito a cuestionar aquello que leas o escuches, ya que puede estar “científicamente comprobado”, pero la validez de cada hipótesis depende de la veracidad de sus argumentos y no por su método. Por supuesto, que no creo prudente cuestionarte TODO, porque es probable que te abrumes. Sino que te cuestiones aquello que te interese investigar o estudiar. Grandes descubrimientos fueron realizados por personas que se cuestionaron aquello que estaba establecido. Y ante la duda, hace la pregunta “¿Por que no?“ Espero que hayas disfrutado de esta lectura, y te espero en la próxima edición de esta aventura Neurocientífica. – Fuentes: ChatGPT: https://chat.openai.com/chat Definición

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¡Bienvenid@ a la experiencia Neurocientífica!

Si es que no has escuchado/leído sobre neurociencias, dejame que te explique brevemente de que trata esta metodología de investigación científica. Las neurociencias comenzaron como un estudio integral de los fenómenos del comportamiento humano. Integrando disciplinas como Antropología, Psicología, Psiquiatría y, por supuesto, Neurología. Gracias a los avances tecnológicos en los últimos 10 años, la humanidad tuvo acceso a herramientas más específicas para comprender la anatomía de nuestro sistema nervioso. Y al conocer las bases de la experiencia humana, podemos estudiar los fenómenos humanos con mayor exactitud. Por ello es que las neurociencias transforman lo que se conocían como “ciencias sociales” a un estudio científico, ya que cuentan con una base de conceptos comprobables. Las neurociencias se pueden aplicar en una infinidad de rubros. Esto es lógico, porque todo rubro laboral cuenta con personas que ejecutan planes de acción en base a sus perspectivas. Y la función de las neurociencias es la de ampliar la perspectiva de aquello que es posible mediante un análisis compuesto de la experiencia humana, ya que toda acción es realizada mediante el uso del sistema nervioso. Es el trabajo de cada neurocientífico el de reconocer las herramientas pertinentes para la optimización de los espacios de trabajo. Por ejemplo, al tener la capacidad de reconocer patrones emocionales individuales y de comunicación grupal, un neurocientífico cuenta con las herramientas para elaborar planes de acción coherentes con las necesidades de un equipo de trabajo. Por supuesto que no solo se puede aplicar esta disciplina en contextos de trabajo “tradicional”, sino que también puede ser utilizada para optimizar el rendimiento físico de atletas, proveer una guía emocional a personas que decidan hacerse cargo de sus aflicciones y asesorar personas a potenciar su capacidad de aprender. Pero esto depende 100% de la inclinación de cada neurocientífico. Algunos se dedican a estudiar los fenómenos sociales de diversas culturas y sub-culturas de ciudades o incluso países. Otros usan este método para encontrar soluciones terapéuticas más eficientes. Y otros estudian los fenómenos del aprendizaje, para construir una educación que se adapte al mundo moderno. Pero las posibilidades son infinitas. Personalmente dedico mi tiempo de investigación a tener una noción amplia de todas las aptitudes humanas y doy uso de estos conocimientos dando clases sintetizadas sobre ellas, con el fin de lograr una educación coherente con el avance de nuestra especie. Hoy en día la información es algo que abunda, por lo tanto creo prudente enseñar a gestionar esa información. Así que podría decirse que mi investigación neurocientífica se enfoca en el rubro educativo. Pero, como podrás haber notado, las posibilidades de aplicación de este enfoque científico son tan amplias como las capacidades de cada ser humano. Por ello creo necesario que todas las personas tengan un acercamiento, aunque sea básico, a los conceptos que se desarrollan en esta disciplina. Y para ello, te invito a seguir este blog, en el cual voy a estar compartiendo el resultado de mis investigaciones mediante diferentes temáticas de la experiencia humana. Incluso si te interesaría saber sobre algo en particular, no dudes en escribirme. A veces un poco de inspiración externa ayuda al proceso creativo. Eso es todo por ahora. Gracias por acompañarme en esta lectura y espero verte en la próxima edición.

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Reencuentro con la propiocepción

A lo largo de nuestra vida desarrollamos diferentes habilidades, hábitos y cualidades. Sin entrar en mucho detalle, todo aquello que desarrollamos deja una “huella” en nuestro sistema nervioso o simplemente queda registrado por el mismo. Existen infinidades de cosas que pueden quedar registradas. Tales como olores, sonidos, textos, movimientos e incluso nuestra propia postura. Y este último es aquello que quiero explorar en este blog. Según “barnaclínic”, la propiocepción es la capacidad que tiene nuestro cerebro de saber la posición exacta de todas las partes de nuestro cuerpo en cada momento. Según “fisiofitnessbilbao.es” es el sentido que nos permite percibir la ubicación, el movimiento y la acción de las partes del cuerpo. Abarca un conjunto de sensaciones, incluyendo la percepción de la posición de las articulaciones y su movimiento, la fuerza muscular, y el esfuerzo. Según tu servidor, la propiocepción es la “sensación de lo propio“. La capacidad de distinguir el posicionamiento de las diferentes partes de nuestro cuerpo. Esta cualidad es un rasgo crucial en nuestra vida, ya que nuestro cuerpo es el vehículo por el cual vivimos todas nuestras experiencias. Ya sea sentado, acostado, parado o caminando, el reconocimiento de nuestros movimientos es un factor imprescindible para lograr un equilibrio en nuestro organismo. Imagináte si quisiéramos construir una casa con una base desequilibrada. Si queremos seguir construyendo, eventualmente uno de los lados va a pesar mas que el otro y la construcción se va a desmoronar. Por lo tanto, sería lógico que queramos corregir ese desequilibrio, para no tener problemas en el futuro. Con nuestra postura pasa algo parecido. Si generamos un hábito que no favorece a la distribución equilibrada de nuestro peso, con el tiempo vamos a reforzar ese patrón e inevitablemente vamos a causar daño. Y acá es cuando tenemos que tener en cuenta un fenómeno llamado “homeóstasis“ En palabras simples, la homeóstasis es el proceso por el cual el cuerpo busca encontrar un equilibrio. Por ejemplo, cuando haces ejercicio, tus músculos aumentan la producción de calor e incrementa la temperatura de tu cuerpo o cuando consumís algo con azúcar, se eleva la glucemia. La homeóstasis depende de la capacidad de tu cuerpo para detectar y oponerse a estos cambios y así preservar el sistema interno. En el caso de la elevación de la temperatura corporal, el cuerpo responde sudando y, con el exceso de glucemia, el cuerpo responde liberando insulina, la hormona que regula los niveles de azúcar en sangre. Esto es a lo que se llama “ciclos de retroalimentación negativa“. La homeóstasis depende de estos ciclos. Si estos se ven afectados, se pueden producir enfermedades. Si usamos el ejemplo del azúcar en sangre, podemos hablar de una falla de producción de insulina que se traduce en la enfermedad llamada “diabetes“. Y si vamos al plano muscular, si nuestro cuerpo presenta un desequilibrio en la distribución del peso, entonces se pueden producir ciertas molestias o incluso dolores crónicos. Por supuesto, que todo depende de la intensidad y la duración del desequilibrio en cuestión. Sea una molestia o un dolor crónico, la reparación de tejidos que se produce durante el sueño se va a ver afectada ante un desequilibrio. Y esto es lógico, ya que en vez de reparar los tejidos normalmente, se van a gastar más recursos en reparar un tejido que se vió más dañado. Pero con esto no espero que me creas, ni voy a dejarte una fuente de información abajo. Espero que lo experimentes, ya que la propiocepción es algo que todos pueden experimentar. Experimento: – 1° paso: Encontrá un objeto moderadamente pesado. – 2° paso: Sostené ese objeto por 5 minutos con UNA mano. – 3° paso: Descansá por 2 minutos. – 4° paso: Sostené el objeto con ambas manos por 2 minutos. De preferencia, de manera que se distribuya mejor el peso entre ambas. Hayas podido sostener el objeto por 2 minutos o no, es indiferente. Porque lo importante acá es que puedas reconocer la diferencia de dificultad y desgaste muscular entre las dos variantes, con el fin de entender el desgaste extra que implica un desequilibrio en la distribución del peso. Ahora te invito a probar otra cosa. Paráte descalzo en alguna superficie que esté bien nivelada y sentí como está distribuido tu peso. Naturalmente vas a empezar a corregir el ancho y la posición de tus pies para que tu peso esté bien equilibrado. Eso mismo es la propiocepción. La capacidad que tiene tu cuerpo de reconocer donde está distribuido el peso de tu cuerpo. Te invité a probarlo para que puedas sentirlo. Porque de eso se trata esta cualidad. Se trata de sentir. Lo cual, puede sonar múy obvio, pero en este mundo donde la información y los estímulos abundan, es fácil perderse de cosas tan básicas como la de reconocer cómo está nuestro cuerpo. Es todo cuestión de atención. Es por ello que muchas personas recomiendan la meditación, ya que es una manera práctica de llevar nuestra atención a las sensaciones y no tanto a los pensamientos. En futuras entradas hablaré sobre el fenómeno de la atención, ya que es algo muy importante a tener en cuenta. Pero para que puedas darte cuenta de su importancia, te invito a soltar el dispositivo con el cuál estés leyendo este blog, cierres los ojos y empieces a explorar tus sentidos. Fijate que podes oler, escuchar y sentir. Esa es la clave para desarrollar la propiocepción. Eso es todo por ahora. Espero verte en la próxima edición de esta aventura Neurocientífica. Fuentes: Definición de propiocepción: Barnaclinic – https://www.barnaclinic.com/blog/traumatologia-deportiva/2019/01/25/propiocepcion/#:~:text=La%20propiocepci%C3%B3n%20es%20la%20capacidad,posici%C3%B3n%20exacta%20de%20los%20mismos. Fisiofitnessbilbao – https://fisiofitnessbilbao.es/que-es-la-propiocepcion-y-por-que-es-tan-importante-trabajarla/#:~:text=%E2%80%9CLa%20propiocepci%C3%B3n%20es%20el%20sentido,fuerza%20muscular%2C%20y%20el%20esfuerzo. Definición de homeóstasis: Khan Academy – https://es.khanacademy.org/science/ap-biology/cell-communication-and-cell-cycle/feedback/a/homeostasis Sueño y reparación de tejidos: NIH – https://espanol.nichd.nih.gov/salud/temas/sleep/informacion/sucede#:~:text=El%20cuerpo%20repara%20y%20hace,El%20cuerpo%20libera%20hormonas.

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